Duele perder una final, y duele más que sea contra Emelec, innegable. Pero duele menos cuando vemos los hechos.
Barcelona hace 6 meses era un equipo muerto futbolísticamente, mal trabajado física y tácticamente, con un técnico vago, "goleadores" que jamás rindieron, extranjeros inoperantes, un equipo de media tabla. La llegada de Israel fue un bálsamo para Barcelona, comenzó a cimentar las bases de un equipo que había quedado en escombros, luego del paso nefasto de Ischia.
A base de trabajo y amor propio se llegó a una final impensada meses atrás, logró hacer mucho con poco, nos devolvió la fe, ¿cómo podría reprocharle la final perdida?
Emelec en cambio, es un equipo que viene siendo trabajado hace años, con una dirigencia seria y una base de jugadores sólida, situación opuesta a lo que encontró Israel en Barcelona.
Lo hermoso del fútbol es que te da revanchas, ya llegará nuestro momento. Solo espero que esta dirigencia se deje de Ischias, Mottas, Franzoias, Lauritos y demás lastres que jamás aportaron y que nos significaron 6 meses del año tirados a la basura.
Arrecho Barcelona!!!, pase lo que pase, 89 años de grandeza no se borran por un partido.
Gracias jugadores, gracias cuerpo técnico, de ustedes es el mérito.
Que llegue enero para volverte a ver, Barcelona querido!.
Por: Pablo Zambrano.
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