Qué pena ser habitante del tercer mundo, en un país que sufrió años y años de desfalcos, con una década de saqueo descarado disfrazado de sobreprecios y negociados, con gente que justifica todo lo malo que ha ocurrido y que no tengamos dinero para contigencias.
Que pena que tengamos que vivir usando el dinero de los afiliados del IESS, muchos no pueden ni usar el mal servicio por el que están obligados a pagar, que pena que ese dinero que uno aporta al seguro no sea invertido en salud sino que es desviado para cualquier otra cosa.
Que pena que estemos dentro de un sistema en el que para cobrarle al estado, siendo contratista público, debes esperar varios meses, pero debes pagar a tiempo todas tus obligaciones con el estado (IESS y SRI) sin ninguna contemplación ni crédito ni amparo.
Que pena que esto no vaya a cambiar jamás, porque lastimosamente Latinoamérica fue invadida por escoria cuyos genes se mezclaron y se quedaron en nuestra gente, unos permanecimos buenos y productivos, otros cada vez empeoran, desde el ladrón de la calle hasta el político corrupto.
Que pena que muchos crean que desde el teclado se logrará cambiar algo y no con el trabajo fuerte, que pena que sigamos inculcando a las nuevas generaciones que "hay que ser más sabido que el de al lado porque no hay que dejarse ganar, primero tu, luego el resto.."
Tuve esperanzas de que nuestra sociedad mejore porque nos engañaron diciendo que el nivel de educación de nuestra gente había mejorado muchísimo y aunque lo creí, en la realidad jamás fue así. La educación llega a quien desea asimilarla y no al que se le inculca obligado.
Que pena que nuestro país tenga que salir antes de la cuarentena porque la realidad es que jamás podrán darnos bonos o alimentos a todos quienes hemos aportado años y años, después de todo, los que aportamos somos los que menos merecemos resarcimiento para este gobierno.
Que ayuda tan inmensa hubiera sido congelar las tarifas de agua potable y electricidad, pero no, te cobran completo y hasta con yapa, porque te piden que te sacrifiques pero ellos no ceden ni un milímetro en su voracidad.
El estado será gordo, ineficiente e insostenible.
Siempre.
